Cuando
trabajaba con gente pobre en Nueva York, siempre me maravillaba la gratitud que
veía en el corazón de tantas personas que tenían tan poco en un sentido
material. ¿Qué agradecían? Se sentían agradecidas por estar vivas, porque había
comida en la mesa, por disfrutar del sol de un día hermoso, por tener buena salud,
amigos y familia, y porque podían aportar algo a su comunidad.
Al
mismo tiempo, me sorprendía la falta de gratitud en el corazón de muchas
personas que tenían tanto en un sentido material. Si me preguntaran cuál de
estos dos grupos de gente era más feliz, sin vacilar diría que esas personas pobres
que tenían gratitud en el corazón.
Lo que
quiero decir es muy sencillo:
Cuando
nos concentramos en la abundancia, sentimos que nuestra vida es abundante; cuando
nos concentramos en la escasez, sentimos que nuestra vida está llena de carencias.
Todo depende simplemente de dónde centremos nuestra atención.
Es
verdad que no podemos negar los sufrimientos de la vida. Eso es perjudicial
para la salud, tanto la física como la emocional. Pero igualmente importante es
lo siguiente:
/No
podemos negar la abundancia que hay en nuestra vida!
Te
recomiendo que escribas para ti un «Libro de la Abundancia». Cada noche, antes
de acostarte, anota por lo menos cincuenta cosas maravillosas que te hayan
ocurrido ese
día.
«¡Vamos, Susan cincuenta cosas! ¡Si difícilmente logro encontrar tres!» Es
obvio que no te has fijado en las bendiciones y bienes de tu vida. La finalidad
de este ejercicio es ayudarte a hacerlo.
He aquí algunas de las cosas que podrías anotar;
Esta
mañana arrancó el coche.
Soy
capaz de caminar
Tengo
alimentos para comer
Alguien me hizo un elogio
Hoy mis hijos no se metieron en ningún lio
Sentí el calor del Sol en la cara
Hablé con una de mis mejores amigas
Las flores están comenzando a abrirse”
Tengo
agua caliente para ducharme
Estoy respirando
Salió el Sol
Las
cosas que anotes en tu Libro de la Abundancia no tienen por qué ser brillantes
y sensacionales. En realidad es mejor que no lo sean. Ten siempre presente que
si sólo nos fijamos en las cosas
brillantes y sensacionales, gran parte de nuestra vida parecerá triste, y eso
desde luego no es cierto. Respirar, por ejemplo, ¿no es algo increíble,
realmente extraordinario?
Al
principio, encontrar esas 50 cosas que agradecer te va a llevar mucho,
muchísimo tiempo. Pero muy pronto las cosas buenas van a llover sobre el papel,
porque te pasarás gran parte del día
buscando las bendiciones de tu vida para poder tener cosas nuevas que añadir a
tu Libro de la Abundancia cada noche. ¡Y las encontrarás! Los beneficios son evidentes...
Cuando
empieces a buscar las cosas buenas, inmediatamente dejarás de fijarte en las malas,
y te sentirás jeliz, una persona afortunada.
Si
logras adquirir el hábito de fijarte en la abundancia, tu vida se transformará.
Susan
Jeffers.
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