miércoles, 23 de marzo de 2016

Eres un imán. Atraerás todo aquello en lo que enfoques tu atención


Cada uno de nosotros es un magneto. Eres un magneto y por lo tanto no tienes que forzar el éxito y la prosperidad para ti. En lugar de eso puedes desplegar ese próspero, elevado y expectante estado de tu mente, que es un magneto, hacia todas las cosas buenas del Universo para apresurarlas hacia ti, en lugar de entretener ese estado posesivo de la mente en críticas, ansiedades, tensiones y rencores, que son un magneto para toda clase de molestias y fracasos. 

Desde que puedas tener el equivalente tangible e intangible sobre lo que te atrevas a escoger, tómalo en consideración mentalmente e irradia. Deja de pensar cosas como aparte o fuera de ti. Deja de pensar en que la gente, cosas, circunstancias y condiciones tienen poder para herir o hacerte daño. Empieza a considerar que nada puede detenerse entre tú y ese bien que te atreves a escoger mentalmente e irrádialo hacia afuera a través de tus pensamientos, sentimientos, palabras y expectaciones. 

Escoge e irradia mentalmente, escoge e irradia emocionalmente, escoge e irradia constante y persistentemente para atraer tu propio bien y el bien para otros. Una señora me dijo una vez que desde que ella había estado invocando deliberadamente el poder de pensamiento de prosperidad, cada uno en su familia había recibido maravillosas bendiciones: Su marido recibió varios aumentos en su sueldo, su hermana llegó a ser presidente en su compañía. Dos hermanos se pensionaron con muy buenas entradas. Otra hermana llegó a ser la primera mujer que obtuvo cierta posición como ejecutiva en su compañía. Otro hermano recibió un puesto como ejecutivo. Un poco de levadura fermentó toda la masa en esa familia.

Catherine Ponder.

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