sábado, 26 de marzo de 2016

La ley del justo retorno:«Lo que de ti sale a ti volverá»


La ley del justo retorno se ha formulado de muchas maneras en las grandes enseñanzas espirituales de la humanidad. Se denomina «ley del karma» en numerosas enseñanzas orientales, también «ley de la causa y del efecto»: a nivel espiritual, se considera que toda causa tiene un efecto.

En el Nuevo Testamento se dice que incluye varios pasajes precisando este justo retorno, por ejemplo: «Cada cual recibirá el pago de sus obras el día de la resurrección» (Sura III, La familia de Imrán, 182).

En su hermosa introducción a la Cábala, el rabino Adín Steinsaltz recuerda que «Todo lo que el hombre hace crea en retorno un flujo vital; el conjunto de su ser espiritual está implicado en cada uno de sus actos»1. Tema que encontramos a lo largo de todo el Antiguo
Testamento. Así, el libro de los Proverbios dice que «el malvado tropieza en su maldad» (14,32), y el Eclesiastés añade: «Dios hará que rindan juicio todas las acciones, aun las ocultas, buenas y malas» (12,14).
En la concepción cristiana, la gracia puede anular la ley del justo retorno, pero sólo bajo ciertas condiciones, como el sincero arrepentimiento.

El confucianismo subraya que «lo que de ti sale a ti volverá»; y en el hinduismo se encuentra esta frase: «No puedes cosechar lo que no has sembrado. Crecerá el árbol que plantaste».

Habitamos un universo en el que todo es energía: el más modesto gesto necesita un gasto de energía, y el pensamiento mismo es energía. Esto es verdad respecto a las palabras y las acciones, pero la energía más poderosa, ya que da origen a todo lo demás, es el pensamiento. Podría decirse que en el nivel del espíritu los pensamientos son como «boomerangs». Conviene prestar atención a los pensamientos que enviamos al universo, ya que más pronto o más tarde volverán a nosotros, aumentados con una energía positiva o negativa.


Pierre Pradervand.

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